Hay muchas formas de expresar el arte, y una de ellas es a través de la música. Ritmos que cambian los latidos de tu corazón, una voz que ilumina tu ser. Hay canciones para todos los estados de ánimo, desde la tristeza, hasta la euforia, y hay estilos musicales para todos los gustos, desde el indie, hasta el rap. Me recuerda a una enciclopedia enorme donde cualquiera, tan diferentes los unos de los otros, puede encontrar aquello que busca y no sentirse apartado, porque seguro que hay algo que encaja con su personalidad.
Artistas y bandas que han recorrido miles de estadios para compartir su pasión, y para sus oyentes habituales esa noche puede convertirse en uno de sus recuerdos más especiales. Es increíble como podemos llegar a empatizar con alguien a quien no conocemos, o a presenciar una situación en la que no hemos estado. Supongo que esa es la magia de las canciones, transmitir mucho más que unas palabras.
La música establece una conexión directa con lugares, personas y momentos, pero sobre todo con nosotros mismos. Esos días donde sales a dar un paseo con tus auriculares puestos, solo porque necesitas recuperar tu propia sintonía. Cuando viajas en coche y suena en la radio esa canción que escuchabas de pequeña con tu padre, porque era la favorita de su época. Bailando en la discoteca mientras el DJ suelta un temazo épico, y tú te dejas llevar, cantando a pleno pulmón como si el mundo se acabara. Estos placeres que nos dé la música, y que provocan cambios, o nos reconfortan en el paso de los días.
Las canciones que guardas en tu playlist dicen mucho más de ti de lo que imaginas. De entre miles de opciones, has elegido solo unas pocas, las que realmente resuenan contigo. No es casualidad, sino una elección profundamente subjetiva, un reflejo de tus emociones, recuerdos y sueños. Cada tema que suena es un pedazo de ti mismo, aquello que amas, que has vivido, que anhelas. No solo escuchas música, te escuchas a ti. Por eso muchas veces se establece un vínculo con aquellas personas que coinciden con tus gustos musicales, una especie de entendimiento inmediato.
¿Cuál dirías que es la banda de sonora de tu vida? Puede que no sea un álbum definido, sino una mezcla infinita de canciones que aparecen en los momentos más importantes. Aquella que suena cada vez que te enamoras, otra que te abraza cuando todo va mal, esa que escuchas cuando empieza el verano, o la que te acompaña en un viaje largo mirando por la ventana, como si fueras el protagonista de tu propia película. La música crece contigo, evoluciona con tus emociones y tus etapas, e incluso lo que antes sonaba como ruido ahora te resulta familiar. Las canciones son como tatuajes invisibles, algunas se borran con el tiempo, pero otras se quedan para siempre.
La música es una terapia que puede salvarte la vida. Te lanza un consejo sin que lo pidas, pero que de no haber llegado, tal vez habrías perdido el rumbo por completo. Intento pensar en el pasado para recordar si las canciones siempre estuvieron ahí, y la verdad es que sí, aunque se camuflaran o adoptaran formas distintas a las actuales. Es algo inevitable por la propia naturaleza humana y no importa a qué época nos remontemos, comunicar aquello que nos hace ser ha sido siempre esencial para vivir con plenitud. Y es que, en medio del caos del mundo, la música es una burbuja silenciosa que te aísla por unos minutos para decirte algo, te habla, te recuerda que no estás solo.
Que hermoso escrito Mireia! ✨🫶🏻100% identificada con cada una de tus palabras. La música es una parte esencial en mi vida y no sé que haría con ella, desde los momentos más felices hasta los que sentía que ya no podía seguir, siempre hubo una canción para acompañarme.
De hecho es curioso como la mente puede asociar una canción a un recuerdo, y es algo que supongo que a todos los melómanos nos pasa, eso de pensar “ay cuando sonaba esta canción estaba en tal lugar, o con tal persona, o en tal momento de mi vida”. Y uno de los gestos más hermosos me parece cuando alguien pone tu canción favorita en el parlante o cuando suena en la radio y se miran en complicidad, porque como bien dijiste, es un lenguaje implícito.
Mi canción favorita es “Landslide” de Fleetwood Mac, y la tuya? 💌🫶🏻
Tú post me llegó directo al corazón. Esas frases sobre cómo la música te habla y te hace sentir acompañada... ¡las he vivido! En mis peores momentos, cuando ni siquiera podía crear, la música fue una gran consuelo que me sostenía. Hasta escribí sobre eso acá en Substack (fue durísimo, pero necesario). Por eso leerte hoy me hizo sentir tan entendida. Gracias por poner en palabras lo que muchos sentimos. 🎧💛