Código amistad.
Personas que dan color a la vida, y la libertad para ser quién quieres ser.
¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en amistad? Esa persona que conoce tus mejores y peores versiones, tus sueños y tus miedos, tus locuras y tus traumas, y aun así te acompaña sin juzgarte. Esa que no necesita que le expliques nada porque ya lo sabe todo con solo mirarte, la que celebra tus logros como si fueran suyos, y te sostiene cuando sientes que todo se cae y ni tú misma te reconoces.
Tener una amiga se siente como haber ganado la lotería. Entre millones de personas que hay en el mundo, si tienes suerte, consigues conectar con unas pocas que llamaras amigas. En realidad, hay diferentes tipos de amiga, la amiga de salir de fiesta, la amiga del colegio, la amiga de la infancia, la amiga de los consejos. Todas ellas influyen en tu vida de formas distintas, pero siempre hay una mejor amiga que prevalece sobre las demás, y es aquella con la que puedes compartir todo lo que compartirías con cada una de las otras amigas, en una sola persona.
No hay un momento exacto en el que conocerás a tu mejor amiga, de hecho, puede ir cambiando con el tiempo, según las distintas etapas de la vida, y eso está bien. En otras ocasiones, esa persona permanece, y si ese es tu caso, cuídala y valórala, porque es un verdadero regalo de la vida. A veces la mejor amiga puede ser alguien de tu propia familia, como tu madre o tu hermana, incluso puede ser alguien del género masculino, porque la amistad no entiende de sexos, aunque supongo que aquí ya entraríamos en otro debate.
También existen las amistades de tres, esos tríos inseparables que forman un buen equipo. No sé en qué momento alguien decidió que no funcionan, quizás por la envidia o por el encanto especial de la dupla, pero precisamente esa creencia pone aún más a prueba la fortaleza del vínculo, ya que si una amistad de tres perdura será porque es realmente sólida y sana.
Es curioso observar cómo en las amistades hay quienes comparten gustos similares y otras que, siendo polos opuestos, se complementan a la perfección. Y es que cada persona es un mundo, por eso no existe un prototipo definido cuando se trata de sentimientos. Sin embargo, sí es importante que coincidan en valores, porque eso les permite dar el mismo peso a su complicidad.
Un excelente ejemplo de esta diversidad de amistades lo encontramos en personajes como Phoebe, Monica y Rachel de Friends, Lilly y Miley de Hannah Montana, Hermione, Harry y Ron de Harry Potter, Serena y Blair de Gossip Girl, Timón y Pumba del Rey León, y Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda de Sexo en Nueva York.
La amistad tiene una gran influencia en nuestra vida, nos acompaña en el crecimiento personal, en el cambio de intereses, en la toma de decisiones y en la superación de momentos cruciales. Es ese hombro al que acudir, sin dudar del que pensaran, y viceversa, donde ambos aportan lo que el otro necesita, aunque no todo será un camino de rosas, ya que habrá baches y situaciones que nos lastimen. La llave de la amistad es la exclusividad, ser la primera opción de otra persona, que admiras y adoras, y siempre estará en tu corazón. No hay detalles pequeños y nunca faltarán las risas, y los cotilleos.
Bien acertado es el dicho “los amigos de verdad se pueden contar con la palma de la mano”, porque una amistad auténtica no se mide por cuántos te rodean, sino por quiénes realmente están contigo, e incluso a veces, las personas que menos esperas se convierten en las más importantes. La calidad siempre supera la cantidad, porque al final ¿de qué sirve tener mucho si nada te llena?
tia se me ha venido la canción de codigo amistad de violetta 🎀
lo de serena y blair me parece que se sale de la definición de amistad. estas dos tenían una relación de codependencia impresionante (ojo, aunque a veces parezca que serena no depende de blair, lo hace), estaban llenas de envidia hacia la otra, eran competitivas...no digo que no se quisieran, pero creo que hay muchos otros matices a explorar!!